El cuadro 'ruletero' derrotó a una Universidad de Chile muy defensiva por la cuenta mínima, con gol de Ezequiel Miralles en los 89'. Si bien el tanto fue en claro offside, da premio al cuadro que más quiso ganarlo y que quedó con la primera opción de ir a la final.
Por Andrés Otero K.
Un equipo que juega a no perder por lo general termina perdiendo. Fue lo que le pasó a Universidad de Chile en el partido de ida de las semifinales del torneo de Apertura ante Everton. Durante los 90 minutos el cuadro azul estuvo más preocupado de no caer derrotado que de salir a buscar el triunfo; y eso tuvo su castigo –y premio para el rival, que lo buscó más– en el último minuto con el gol de Ezequiel Miralles que le dio la victoria por la mínima ventaja a los ‘ruleteros’.
Y si bien es cierto que el gol llegó por un grosero error del juez asistente que no sancionó un clarísimo offside del delantero argentino cuando anotó el gol, sería injusto encontrar en esa falla la explicación de la derrota azul. Es que los locales fueron siempre más ambiciosos en pos de ir a ganar el partido.
Pese a que la ‘U’ fue superior en la tenencia del balón, nunca lo hizo con intensidad para buscar anotar. Un par de remates que encontraron siempre bien parado al portero Gustavo Dalsasso, un palo de Walter Montillo tras lanzar un centro que se fue al arco... y nada más. Poco para un equipo grande.
Everton, en tanto, no tuvo claridad con la pelota en los pies. Jaime Riveros fue bien marcado siempre –buen trabajo en eso de Estrada y Seymour– y eso hizo que fuera poco certero el pase final. Sin embargo, la insitencia de Muñoz, Cornejo y Miralles hizo que igual se generaran siempre clarísimas ocasiones de gol.
Miguel Pinto estuvo brillante y salvó en ambos tiempos varias opciones de los oro y cielo, que perdonaron a una ‘U’ que no quiso nunca arriesgar en demasía, como queriendo pensar antes en la revancha. Olivera era un náufrago en ataque, mientras que Ángel Rojas, Emilio Hernández y Walter Montillo no tuvieron mayores chances de generar fútbol por los pocos espacios que tuvieron para maniobrar.
Pero en términos generales el duelo era parejo y parecía que terminaba en empate. En los últimos 15 minutos, los ayudantes de campo del cuadro azul se dedicaron a gritar “está cerrado, a no arriesgar y no desordenarse en defensa”. Eso pese a que fue justo en ese período cuando Everton más espacios dejaba…
…hasta que cuando el partido acababa, apareció un pelotazo largo que encontró mala respuesta en Pinto, el rebote lo tomó Roberto Gutiérrez que centró frontal para el cabezazo de Miralles que hizo estallar a Sausalito. ¿En offside? Sí y es imperdonable un error tan garrafal en estas instancias.
No obstante, el triunfo es un premio a la mayor ambición de querer ganar el partido. Por eso, Everton festeja el haber dado un paso fundamental rumbo a la final. Marcando un gol en la revancha en Santiago obligará a que la ‘U’ marque tres para pasar. Se le complica el panorama al elenco azul.