Crónica de una muerte anunciada podría ser la mejor definición del momento actual que vive Colo Colo, que tras haber sufrido una de las peores crisis del último tiempo -de la mano con el deceso de Marcelo Barticciotto- regaló puntos en casa y no pudo ganar cuando lo necesitaba, cumpliendo una campaña nefasta que hoy se coronó con haber quedado fuera de los playoffs por primera vez en su historia.

Y es que hoy ante Everton no tenían margen de error, pero un error infantil de Francisco Prieto a los cinco minutos, donde permitió que le pasara la pelota por entre las piernas tras un débil tiro libre de Miralles, terminó por echar por la borda las intenciones de manejar con tranquilidad el partido por parte de Colo Colo, que con el 1-0 en contra debió echar mano de todos sus recursos ofensivos para conseguir una victoria en el estadio Monumental.

Sin embargo, el mismo ímpetu con el que se fueron al ataque impidió que los locales consiguieran hilvanar de una manera correcta las acciones en el campo rival, donde muchas veces el gran número de jugadores en ofensiva entorpecía las acciones de riesgo ante una visita que presentó un juego más que discreto, limitándose a labores defensivas e incapaz de retener mayormente la posesión del balón.

Los minutos transcurrían y la desesperación y el descontrol se hacía cada vez más presente en el equipo popular, donde Miguel Riffo se convertía en un delantero más y Lucas Barrios bajaba hasta más atrás de la mitad de la cancha para generar acciones de riesgo. Y fue precisamente en una jugada que parecía intrascendente donde salió la mejor jugada de los locales.

Barrios tomó el balón en el medioterreno y tras sacarse la marca de un rival pasándole la pelota entre las piernas, cedió el balón hacia Rodrigo Millar, que habilitó a José Domingo Salcedo, que aprovechó las licencias que daban los laterales del equipo ruletero y tras una escapada por el sector izquierdo remató cruzado y marcó el 1-1 ante la inútil resistencia de Nicolás Peric, que para ese entonces era una de las figuras del partido.

SE APODERÓ EL DESCONTROL

En la segunda etapa el equipo de la quinta región comenzó a crearse más y mejores jugadas de riesgo, propiciadas por el adelantamiento de las líneas defensivas del ’cacique’ que buscaba por todos los medios acercarse con peligro, pero que de a poco comenzaba a prenderle velas al villano del primer tiempo, Francisco Prieto, que tuvo un par de intervenciones notables que mantuvieron con vida a su equipo.

De ahí en adelante simplemente desaparecieron los hombres que debían imponer su juego en el mediocampo de Colo Colo, siendo Millar un verdadero fantasma del nivel que mostró durante el torneo y obligando a Gualberto Jara a improvisar un esquema ultra ofensivo, donde sacó a Gonzalo Jara para darle paso a Rodolfo Moya, que terminó por diluirse en el juego de los de Macul que no tuvieron ideas y se encontraron con un Peric inspirado, que se las ingenió para hacer tiempo cada vez que pudo.

Finalmente el cansancio y el esfuerzo terminó por jugar en contra de los dueños de casa, cuyos ataques comenzaron a hacerse cada vez más escasos ante un público que comenzaba a perder la esperanza y terminaba por resignarse ante el 1-1 definitivo que marcó el fin de un ciclo exitoso que se cerró de la peor manera, ante un equipo que se transformó en un verdadero verdugo en el último tiempo: Everton, que de la mano de Nelson Acosta, volvió a conseguir una hazaña y está cada vez más cerca de los playoffs.