Muchas estrellas, poco equipo
Milan cayó como local ante Bologna, al cabo de un partido muy raro, en el que los rossoneri dominaron, especialmente en el complemento, más por el valor de sus individualidades que por juego de conjunto
Milan no perdía el primer partido del campeonato desde el lejano 1984: todo un símbolo por un equipo que arranca esta temporada con el objetivo declarado de conseguir el Scudetto que falta desde 2004.
La llegada de Ronaldinho y el regreso de Shevchenko tuvieron el poder de llenar como nunca el estadio de San Siro, pero a nivel técnico el Milan, si posible, parece haber potenciado todo los defectos de la temporada anterior: dominio estéril en ataque, montones de ocasiones erradas y una fragilidad defensiva sorprendente, puesto que Bologna llegó dos veces y anotó en ambos casos.
Al final fue 2 a 1 para la visita, gracias a los goles de Marco Di Vaio y de Francesco Valiani, luego de que Massimo Ambrosini había anotado el transitorio empate. De esta manera, Bologna suma tres puntos y es uno de los 7 líderes del torneo, mientras que Milan deberá esperar para sumar su primera unidad.
Milan comenzó muy mal: lento, previsible, parado según el 4-3-2-1 en el que Inzaghi era el único delantero y Seedorf y Ronaldinho sus laderos. Detrás, Kaladze y Maldini formaban la pareja de centrales mientras que en el medio Flaminí jugó en lugar de Gattuso, lesionado. Pero el ritmo era realmente demasiado lento y el despliegue inexistente, con Ronaldinho que se movía en un pañuelo de cancha.
Bologna, de esa manera, no tuvo muchos problemas para controlar y al primer contragolpe, armado muy bien entre Adailton y Zenoni, Di Vaio ingresó desde la derecha y, con un remate diagonal al segundo palo, anotó la ventaja visitante.
El cachetazo despertó al Milan, que comenzó a presionar un poco más por los laterales y creó alguna ocasión de gol: Ronaldinho cabeceó central un centro de Zambrotta, luego Flaminí remató fuerte pero apenas desviado, en suma el gol estaba en el aire y llegó.
En efecto, Ronaldinho se movió muy bien por izquierda y metió el centro para el igreso goleador de Ambrosini, quien les ganó en el salto a los dos centrales y con un cabezazo certero empató. En el complemento, Ancelotti cambió todo: sacó a Juankulovski, lo pasó a Zambrotta por izquierda y lo bajó a Flaminí al lateral derecho, con el ingreso de Shevchenko para armar un novedoso 4-2-3-1.
Por más de media hora se vio un Milan realmente brillante y un Ronaldinho extraordinario, quien se mereció con creces la mención de figura de la cancha: el brasileño volvió locos a sus marcadores y, recostado por izquierda, creó no menos de 5 ocasiones de gol claras. La más clamorosa la tuvo Shevchenko, ingresando por el segundo palo, pero su remate a quemarropa fue desviado por Antonioli al córner con las piernas.
El gol parecía al caer, máxime cuando ingresó Pato por un cansado Inzaghi, pero la primera vez que los rossoneri levantaron el pie del acelerador, llegó al burla: los visitantes corrieron una transicción de derecha a izquierda, Di Vaio la tocó hacia atrás para Valiani y el volante dejó salir un derechazo impresionante que se clavó en el ángulo superior a la derecha de Abbiati, a pesar del vuelo desesperado del arquero.
A esa altura, el golpe acabó con las pocas energías que le quedaban al local: Milan se lanzó a cabeza baja hacia el área rival pero aportó más confusión que peligro, mientras que Bologna controló con calma el balón y llevó en puerto un triunfo realmente valioso para un equipo recién ascendido.
Ancelotti, al final de match, se dijo optimista, pero realmente este Milan necesitará muchas horas de trabajo y de entrenamientos para encontra un funcionamiento aceptable, aún cuando la sensación es que quede esa actitud demasiado displicente y "tierna" que ya fue un problema grave en la temporada anterior y que el rososnero sea más un conjunto de estrellas que un verdadero equipo.
El delantero argentino Mauro Zarate debutó con un doblete en el triunfo de Lazio en la cancha de Cagliari
Los goles son amores, especialmente para los delanteros: Mauro Zarate, en su primer partido en la Serie A italiana con la camiseta de Lazio, anotó dos, realmente el debut soñado. Así, su Lazio goleó por 4 a 1: luego del gol del argentino Joaquín Larrivey, llegó el doblete de su compatriota (el primero de penal) y luego los tantos de Pasquale Foggia y de Goran Pandev.
Sin embargo, el resultado no tiene que engañar: Cagliari jugó mejor en la primera etapa y se puso merecidamente en ventaja. En efecto, Larrivey primero desperdició con un cabezazo, que fue a dar en la base del palo, el centro desde la izquierda de Fini, pero luego controló bien de pecho el cuchillazo vertical de Cossu y, con un zurdazo cruzado, la mandó a guardar.
También en la segunda etapa Calgliari controlaba bastante bien el trámite, hasta la absurda expulsión de López, culpable de una falta de manos absolutamente involontaria, que además del penal fue castigada (de manera excesiva) con la expulsión.
Zarate anotó el penal y, desde ese momento, se acabó el partido, porque enseguida el mismo delantero aprovechó el despeje errado de Magliocchetti y anotó con un precioso remate, suave por arriba de la salida del arquero. Luego, Foggia por el segundo palo transformó en gol el centro rasante desde la izquierda de Kolarov y el mismo alero, quien no quiso festejar el tanto por au pasado en el Cagliari, le sirvió la habilitación en el punto del penal a Pandev para el cuarto (zurdazo en media vuelta).
En suma, acabó siendo un desastre para el pobre Cagliari, pero realmente la derrota fue muy poco generosa con los locales y demasiado premio por una Lazio que, por una hora abundante, había sido superada. La mención de figura, claro está, va para Zarate: no es común debutar con dos goles en el Calcio.
Con una extraordinaria tarea de su estrella Antonio Di Natale, autor de dos lindísimos goles, Udinese como local venció por 3 - 1 a Palermo, en un partido que inauguró oficialmente la temporada 2008-09 del Calcio
No podía haber mejor comienzo para esta nueva temporada del fútbol italiano: un partido divertido, con muchos goles y por encima muy lindos, una figura sobresaliente y varias actuaciones de buen nivel.
Fue en Udine, en la tarde del sábado: Udinese y Palermo disputaron el anticipo de la primera fecha de Serie A y el local ganó por 3 a 1, con un doblete de Antonio Di Natale y otro tanto de Gokhan Inler, mientras que Mark Bresciano había puesto el transitorio 2 a 1.
Totó Di Natale fue por lejos la figura de la cancha: sus dos goles fueron de extraordinaria calidad, especialmente el segundo. Sin embargo, no podría decirse que el local triunfó por la gran actuación de su estrella: muy por el contrario, el equipo friulano se demostró muy superior y debió haber ganado por más ventaja, ante un rival desdibujado y sin fortaleza anímica.
El partido fue entretenido, aún cuando no fue excelente desde el punto de vista técnico, porque a los protagonistas aún les falta un poco para estar a pleno físicamente y el ritmo fue bastante lento. En ese marco, el mayor orden táctico del 4-3-3 de Udinese pero también la mayor calidad de su línea de volantes (D'Agostino, Inler y el chileno Isla) hicieron la diferencia: los locales dominaron y en apenas 8 minutos se pusieron en ventaja.
Fue un gol "a la Del Piero", que sin embargo también podría llamarse "a la Totó", porque el delantero ya hizo varios así: recibió recostado por izquierda en el área, enganchó hacia adentro, se liberó del defensor (muy mal Raggi) con un amague y despachó un derechazo a girar al segundo palo, inatajable.
Pero Udinese, en el primer cuarto de hora, pudo haber anotado dos más: Amelia atajó muy bien y los delanteros locales no estuvieron acertados. Hasta que D'Agostino metió, desde el círculo central, el pelotazo vertical, que Di Natale paró con enorme categoría entre los dos centrales, a la altura de la medialuna, para luego, todo de volea, tocarla suave por arriba del arquero, un golazo extraordinario.
El partido,a esa altura estaba cocinado, máxime porque Palermo, a pesar de los esfuerzos de Cavani como primera punta, no encontraba la manera de lastimar. Miccoli lo tuvo pero disparó sobre la parte extrerna del arco y, pooc después, el mismo delantero se fue por derecha y metió el centro rasante, pero Cavani quiso pegarle de tacón y desperdició la chance.
En la segunda etapa el ritmo bajó aún más y Udinese no tuvo problemas para controlar el trámite. En efecto, hasta debió haber aumentado con un lindo remate de Quagliarella y un cabezazo en zambullida de Motta. En ese momento, Colantuono dispuso el ingreso de Bresciano por Jankovic y el equipo visitante mejoró bastante. Fue justamente el australiano quien achicó las diferencias, con un remate de puntín luego de una serie de rebotes en el área.
Pero Udinese no podía arriesgar el triunfo luego de una performance tan buena y tardó apenas un minuto para volver arriba: en jugada de tiro de esquina desde la derecha, por el primer palo Inler madrugó a tres defensores para meter el frentazo ganador.
Udinese confirmó lo que muchos pensaban: el equipo juega de memoria, es sólido (y eso que faltaron Zapata y Felipe) y con terrible poderío adelante: el plan es el de mejorar la séptima plaza, lo cual implicaría codearse con los grandes: no parece algo descabellado.
Palermo, en cambio, dejó una pésima imagen, en especial manera por la forma blanda y mansa de entregarse a su destino: nunca una reacción verdadera, a parte esos minutos luego del ingreso de Bresciano. Colantuono deberá trabajar mucho para mejorar, especilamente la fase ofensiva.
El equipo de la capital italiana arrancó muy bien, disputó un excelente primer tiempo y se puso en ventaja, pero en el complemento, a pesar de quedar con hombre de más, se dejó alcanzar por un Nápoli generoso
No le alcanzó a Roma con los excelentes primeros 45 minutos, en .los que se puso en ventaja con el gol de Alberto Aquilani, ni le fue suficiente quedar con hombre de más a comienzos del complemento: Nápoli encontró la igualdad con Merek Hamsik y luego la defendió brillantemente, mereciéndose el empate final.
Así, ambos sumaron un punto e igualan la octava posición con Inter y Sampdoria: curiosamente, los dos máximos candidatos, Inter y Roma, debutaron con un idéntico resultado, aún cuando los campeones de Italia lo hicieron como visitantes.
En la primera etapa fue una linda Roma, que quizás tuvo la culpa de no sacar una mayor ventaja en ese tramo favorable. Baptista y Riise, los dos nuevos, jugaron muy bien, mientras que Cassetti y Cicinho, por derecha, no hicieron sentir la ausencia de Taddei.
Pero la figura fue Aquilani, quien se movía muy bien en posición central, entre las líneas rivales y, además de construir el juego, llegaba en posición de remate muy seguido. El gol llegó así: habilitación de De Rossi para el talentoso volante, que la paró de pecho y la mandó a guardar con un suave remate de derecha.
Nápoli, que estrenaba la pareja argentina de ataque formada por Lavezzi y Denis, tuvo una canche con este último, pero nada que ver con la que se devoró Vucinic, dejado solo por Aquilani, con una asistencia maravillosa, mano a mano con el arquero, sin que el delantero lograra el tanto bastante simple.
En el complemento, todo pareció ponerse fácil para los giallorossi, porque luego de nueve minutos, en los que el visitante había tenido tres ocasiones de gol claras con Gárgano, Lavezzi y Hamsik, fue expulsado Santacroce por falta de último hombre.
Pero la inferioridad númerica no frenó el envión celeste: Hamsik aprovechó la asistencia de Denis, con una media vuelta ganadora, luego de que el travesaño hubiera devuelto su primer remate de cabeza. Desde ese momento, se armó un partido hermoso, de ida y vuelta: Nápoli, con una preparación física mucho más adelantada, no sufrió la inferioridad numérica y devolvió golpe tras golpe. Al final, el empate fue un justo resultado.
RESULTADOS DE LA FECHA:
Milan cayó como local ante Bologna, al cabo de un partido muy raro, en el que los rossoneri dominaron, especialmente en el complemento, más por el valor de sus individualidades que por juego de conjunto
Milan no perdía el primer partido del campeonato desde el lejano 1984: todo un símbolo por un equipo que arranca esta temporada con el objetivo declarado de conseguir el Scudetto que falta desde 2004.
La llegada de Ronaldinho y el regreso de Shevchenko tuvieron el poder de llenar como nunca el estadio de San Siro, pero a nivel técnico el Milan, si posible, parece haber potenciado todo los defectos de la temporada anterior: dominio estéril en ataque, montones de ocasiones erradas y una fragilidad defensiva sorprendente, puesto que Bologna llegó dos veces y anotó en ambos casos.
Al final fue 2 a 1 para la visita, gracias a los goles de Marco Di Vaio y de Francesco Valiani, luego de que Massimo Ambrosini había anotado el transitorio empate. De esta manera, Bologna suma tres puntos y es uno de los 7 líderes del torneo, mientras que Milan deberá esperar para sumar su primera unidad.
Milan comenzó muy mal: lento, previsible, parado según el 4-3-2-1 en el que Inzaghi era el único delantero y Seedorf y Ronaldinho sus laderos. Detrás, Kaladze y Maldini formaban la pareja de centrales mientras que en el medio Flaminí jugó en lugar de Gattuso, lesionado. Pero el ritmo era realmente demasiado lento y el despliegue inexistente, con Ronaldinho que se movía en un pañuelo de cancha.
Bologna, de esa manera, no tuvo muchos problemas para controlar y al primer contragolpe, armado muy bien entre Adailton y Zenoni, Di Vaio ingresó desde la derecha y, con un remate diagonal al segundo palo, anotó la ventaja visitante.
El cachetazo despertó al Milan, que comenzó a presionar un poco más por los laterales y creó alguna ocasión de gol: Ronaldinho cabeceó central un centro de Zambrotta, luego Flaminí remató fuerte pero apenas desviado, en suma el gol estaba en el aire y llegó.
En efecto, Ronaldinho se movió muy bien por izquierda y metió el centro para el igreso goleador de Ambrosini, quien les ganó en el salto a los dos centrales y con un cabezazo certero empató. En el complemento, Ancelotti cambió todo: sacó a Juankulovski, lo pasó a Zambrotta por izquierda y lo bajó a Flaminí al lateral derecho, con el ingreso de Shevchenko para armar un novedoso 4-2-3-1.
Por más de media hora se vio un Milan realmente brillante y un Ronaldinho extraordinario, quien se mereció con creces la mención de figura de la cancha: el brasileño volvió locos a sus marcadores y, recostado por izquierda, creó no menos de 5 ocasiones de gol claras. La más clamorosa la tuvo Shevchenko, ingresando por el segundo palo, pero su remate a quemarropa fue desviado por Antonioli al córner con las piernas.
El gol parecía al caer, máxime cuando ingresó Pato por un cansado Inzaghi, pero la primera vez que los rossoneri levantaron el pie del acelerador, llegó al burla: los visitantes corrieron una transicción de derecha a izquierda, Di Vaio la tocó hacia atrás para Valiani y el volante dejó salir un derechazo impresionante que se clavó en el ángulo superior a la derecha de Abbiati, a pesar del vuelo desesperado del arquero.
A esa altura, el golpe acabó con las pocas energías que le quedaban al local: Milan se lanzó a cabeza baja hacia el área rival pero aportó más confusión que peligro, mientras que Bologna controló con calma el balón y llevó en puerto un triunfo realmente valioso para un equipo recién ascendido.
Ancelotti, al final de match, se dijo optimista, pero realmente este Milan necesitará muchas horas de trabajo y de entrenamientos para encontra un funcionamiento aceptable, aún cuando la sensación es que quede esa actitud demasiado displicente y "tierna" que ya fue un problema grave en la temporada anterior y que el rososnero sea más un conjunto de estrellas que un verdadero equipo.
Cagliari 1 - 4 Lazio
El delantero argentino Mauro Zarate debutó con un doblete en el triunfo de Lazio en la cancha de Cagliari
Los goles son amores, especialmente para los delanteros: Mauro Zarate, en su primer partido en la Serie A italiana con la camiseta de Lazio, anotó dos, realmente el debut soñado. Así, su Lazio goleó por 4 a 1: luego del gol del argentino Joaquín Larrivey, llegó el doblete de su compatriota (el primero de penal) y luego los tantos de Pasquale Foggia y de Goran Pandev.
Sin embargo, el resultado no tiene que engañar: Cagliari jugó mejor en la primera etapa y se puso merecidamente en ventaja. En efecto, Larrivey primero desperdició con un cabezazo, que fue a dar en la base del palo, el centro desde la izquierda de Fini, pero luego controló bien de pecho el cuchillazo vertical de Cossu y, con un zurdazo cruzado, la mandó a guardar.
También en la segunda etapa Calgliari controlaba bastante bien el trámite, hasta la absurda expulsión de López, culpable de una falta de manos absolutamente involontaria, que además del penal fue castigada (de manera excesiva) con la expulsión.
Zarate anotó el penal y, desde ese momento, se acabó el partido, porque enseguida el mismo delantero aprovechó el despeje errado de Magliocchetti y anotó con un precioso remate, suave por arriba de la salida del arquero. Luego, Foggia por el segundo palo transformó en gol el centro rasante desde la izquierda de Kolarov y el mismo alero, quien no quiso festejar el tanto por au pasado en el Cagliari, le sirvió la habilitación en el punto del penal a Pandev para el cuarto (zurdazo en media vuelta).
En suma, acabó siendo un desastre para el pobre Cagliari, pero realmente la derrota fue muy poco generosa con los locales y demasiado premio por una Lazio que, por una hora abundante, había sido superada. La mención de figura, claro está, va para Zarate: no es común debutar con dos goles en el Calcio.
Udinese 3 - 1 Palermo
Con una extraordinaria tarea de su estrella Antonio Di Natale, autor de dos lindísimos goles, Udinese como local venció por 3 - 1 a Palermo, en un partido que inauguró oficialmente la temporada 2008-09 del Calcio
No podía haber mejor comienzo para esta nueva temporada del fútbol italiano: un partido divertido, con muchos goles y por encima muy lindos, una figura sobresaliente y varias actuaciones de buen nivel.
Fue en Udine, en la tarde del sábado: Udinese y Palermo disputaron el anticipo de la primera fecha de Serie A y el local ganó por 3 a 1, con un doblete de Antonio Di Natale y otro tanto de Gokhan Inler, mientras que Mark Bresciano había puesto el transitorio 2 a 1.
Totó Di Natale fue por lejos la figura de la cancha: sus dos goles fueron de extraordinaria calidad, especialmente el segundo. Sin embargo, no podría decirse que el local triunfó por la gran actuación de su estrella: muy por el contrario, el equipo friulano se demostró muy superior y debió haber ganado por más ventaja, ante un rival desdibujado y sin fortaleza anímica.
El partido fue entretenido, aún cuando no fue excelente desde el punto de vista técnico, porque a los protagonistas aún les falta un poco para estar a pleno físicamente y el ritmo fue bastante lento. En ese marco, el mayor orden táctico del 4-3-3 de Udinese pero también la mayor calidad de su línea de volantes (D'Agostino, Inler y el chileno Isla) hicieron la diferencia: los locales dominaron y en apenas 8 minutos se pusieron en ventaja.
Fue un gol "a la Del Piero", que sin embargo también podría llamarse "a la Totó", porque el delantero ya hizo varios así: recibió recostado por izquierda en el área, enganchó hacia adentro, se liberó del defensor (muy mal Raggi) con un amague y despachó un derechazo a girar al segundo palo, inatajable.
Pero Udinese, en el primer cuarto de hora, pudo haber anotado dos más: Amelia atajó muy bien y los delanteros locales no estuvieron acertados. Hasta que D'Agostino metió, desde el círculo central, el pelotazo vertical, que Di Natale paró con enorme categoría entre los dos centrales, a la altura de la medialuna, para luego, todo de volea, tocarla suave por arriba del arquero, un golazo extraordinario.
El partido,a esa altura estaba cocinado, máxime porque Palermo, a pesar de los esfuerzos de Cavani como primera punta, no encontraba la manera de lastimar. Miccoli lo tuvo pero disparó sobre la parte extrerna del arco y, pooc después, el mismo delantero se fue por derecha y metió el centro rasante, pero Cavani quiso pegarle de tacón y desperdició la chance.
En la segunda etapa el ritmo bajó aún más y Udinese no tuvo problemas para controlar el trámite. En efecto, hasta debió haber aumentado con un lindo remate de Quagliarella y un cabezazo en zambullida de Motta. En ese momento, Colantuono dispuso el ingreso de Bresciano por Jankovic y el equipo visitante mejoró bastante. Fue justamente el australiano quien achicó las diferencias, con un remate de puntín luego de una serie de rebotes en el área.
Pero Udinese no podía arriesgar el triunfo luego de una performance tan buena y tardó apenas un minuto para volver arriba: en jugada de tiro de esquina desde la derecha, por el primer palo Inler madrugó a tres defensores para meter el frentazo ganador.
Udinese confirmó lo que muchos pensaban: el equipo juega de memoria, es sólido (y eso que faltaron Zapata y Felipe) y con terrible poderío adelante: el plan es el de mejorar la séptima plaza, lo cual implicaría codearse con los grandes: no parece algo descabellado.
Palermo, en cambio, dejó una pésima imagen, en especial manera por la forma blanda y mansa de entregarse a su destino: nunca una reacción verdadera, a parte esos minutos luego del ingreso de Bresciano. Colantuono deberá trabajar mucho para mejorar, especilamente la fase ofensiva.
AS Roma 1 - 1 Napoli
El equipo de la capital italiana arrancó muy bien, disputó un excelente primer tiempo y se puso en ventaja, pero en el complemento, a pesar de quedar con hombre de más, se dejó alcanzar por un Nápoli generoso
No le alcanzó a Roma con los excelentes primeros 45 minutos, en .los que se puso en ventaja con el gol de Alberto Aquilani, ni le fue suficiente quedar con hombre de más a comienzos del complemento: Nápoli encontró la igualdad con Merek Hamsik y luego la defendió brillantemente, mereciéndose el empate final.
Así, ambos sumaron un punto e igualan la octava posición con Inter y Sampdoria: curiosamente, los dos máximos candidatos, Inter y Roma, debutaron con un idéntico resultado, aún cuando los campeones de Italia lo hicieron como visitantes.
En la primera etapa fue una linda Roma, que quizás tuvo la culpa de no sacar una mayor ventaja en ese tramo favorable. Baptista y Riise, los dos nuevos, jugaron muy bien, mientras que Cassetti y Cicinho, por derecha, no hicieron sentir la ausencia de Taddei.
Pero la figura fue Aquilani, quien se movía muy bien en posición central, entre las líneas rivales y, además de construir el juego, llegaba en posición de remate muy seguido. El gol llegó así: habilitación de De Rossi para el talentoso volante, que la paró de pecho y la mandó a guardar con un suave remate de derecha.
Nápoli, que estrenaba la pareja argentina de ataque formada por Lavezzi y Denis, tuvo una canche con este último, pero nada que ver con la que se devoró Vucinic, dejado solo por Aquilani, con una asistencia maravillosa, mano a mano con el arquero, sin que el delantero lograra el tanto bastante simple.
En el complemento, todo pareció ponerse fácil para los giallorossi, porque luego de nueve minutos, en los que el visitante había tenido tres ocasiones de gol claras con Gárgano, Lavezzi y Hamsik, fue expulsado Santacroce por falta de último hombre.
Pero la inferioridad númerica no frenó el envión celeste: Hamsik aprovechó la asistencia de Denis, con una media vuelta ganadora, luego de que el travesaño hubiera devuelto su primer remate de cabeza. Desde ese momento, se armó un partido hermoso, de ida y vuelta: Nápoli, con una preparación física mucho más adelantada, no sufrió la inferioridad numérica y devolvió golpe tras golpe. Al final, el empate fue un justo resultado.
RESULTADOS DE LA FECHA:
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