El suizo ya es una leyenda luego de transformarse en el sexto jugador en la historia en ganar los cuatro Grand Slam tras vencer sin problemas a Robin Soderling, con lo que además igualó a Pete Sampras como el máximo ganador de estos torneos en la historia.
En Australia fueron lágrimas de impotencia y en Francia brotaron por la emoción de entrar otra vez en la historia. Pocos momentos fueron tan esperados como la final 2009 de Roland Garros donde Roger Federer tuvo la inmejorable oportunidad de cumplir uno de sus sueños frustrados y estuvo a la altura de las circunstancias tras derrotar por 6-1, 7-6 (1) y 6-4 al sueco Robin Soderling en una hora y 55 minutos.
Las comparaciones algunas veces pueden parecer absurdas, pero en esta oportunidad hay que hacerlo, porque la historia se lo merece. Pete Sampras ganço dos Abiertos de Australia, siete Wimbledon y cinco US Open, pero siempre le fue esquivo Roland Garros, en tanto que Roger Federer (2º) ganó tres Abiertos de Australia, cinco Wimbledon y cinco US Open, por lo que este domingo completó el Grand Slam y, además, igualó a Pete Sampras con 14 títulos de esta categoría.
El último tenista en ganar los cuatro torneos más grande fue Andre Agassi en 1999 en este mismo torneo, por lo que el court Philippe Chatrier volvió a ser testigo de la historia.
El público sabía que se jugaban cosas importantes, por lo que la cancha central estaba a su máxima capacidad y coreando un sólo nombre: ¡Roger! ¡Roger! lo que le hizo sentir al sueco que estaba jugando de visita y su juego no fue el mismo que en los partidos previos. Así perdió su saque en el primer juego del partido con una doble falta y nuevamente lo cedió en el tercer juego para que Federer jugara siempre con el marcador a su favor lo que le permitió en 24 minutos llevárselo por 6-1 gracias a tres aces, nueve tiros ganadores y aprovechando tres de cinco oportunidades de quiebre.
El cielo estaba amenazante en la capital francesa, muchos paraguas se abrieron en el segundo set lo que hacía pensar que en cualquier momento se largaba a llover, pero las aguas se contuvieron, aunque no pasó lo mismo con el público. En el 1-1 y 15-0 de Soderling un hincha entró a la cancha para intentar ponerle un gorro a Federer pero para el suizo no fue más que una anécdota.
Soderling subió su nivel de tenis para ir igulando las acciones y llevar todo al tie-break, donde un monólogo por parte del campeón de Madrid lo hizo llevárselo por 7-1 y así quedó a un parcial de la gloria eterna.
Ese momento llegó en el tercer parcial ya que inició igual que el primero, con un Soderling serviendo y perdiendo el saque el el juego inicial por lo que al ex número uno del mundo le bastó mantener su servicio aunque pasó un susto en el 5-4 sirviendo por el partido, en donde la ansiedad le pasó un poco la cuenta ya que tuvo que salvar un break point -único que tuvo en el partido- para que en los dos puntos siguientes y luego de una devolución mala por parte del verdugo de Nadal, 'Fed-Ex' pudiera levantar los brazos al cielo sabiendo que desde hoy era el mejor tenista de la historia.
Son los números que hablan por sí solos: 14 títulos de Grand Slam, 59 coronas alzadas en su ilustre carrera en 80 finales disputadas, pero la de hoy, sin dudas, en un domingo especial será la más importante, porque hoy hay un nuevo integrante en el cielo de los inmortales, su nombre es Roger Federer.