En busca del bicampeonato. La albiceleste, medallista de Oro en Atenas 2004, se aprovechó de la patética presentación del 'Scratch' Olímpico para vencer con amplia superioridad. Dos goles de Serio Agüero y uno de Juan Román Riquelme cerraron el compromiso.

Por Nicolás Soffer P.

Celebra la albiceleste. La Selección Olímpica de Argentina buscará su segunda medalla de Oro consecutiva en Beijing 2008, luego de superar holgadamente a Brasil en las semifinales de la competencia china. Por un categórico 3-0, y en un partido que tuvo dos brasileños expulsados, los dirigidos de Sergio Batista brillaron en solitario.

Decir que el triunfo de Argentina sobre Brasil fue merecido, es poco. Y es que impresionaron las profundas diferencias que se exhibieron entre ambos cuadros. No ameritaban un partido de semifinales en Juegos Olímpicos. La 'verdeamarelha' no fue un rival digno de Argentina.

El equipo trasandino, con todos sus defectos, hizo lo posible por armarse colectivamente y crear el fútbol en la ofensiva. No así Brasil, que en el Estadio de los Trabajadores de Beijing jugó como un equipo chico, se dedicó a especular, y terminó pagando el alto precio de una derrota humillante.

Argentina logró evadir la Messi-Dependencia. En el primer tiempo, le fue difícil prescindir del delantero del Barcelona, pero ya en la segunda fracción, apostó más al juego colectivo y buscó a otra de sus figuras. El atacante Sergio Agüero fue el gestor del desequilibro argentino en el arranque de la segunda fracción.

A los 52', el atacante del Atlético de Madrid embocó el balón luego de interceptar un remate de Angel Di Maria. Con el cuerpo, desvió el balón para abrir la cuenta. Situación similar seis minutos después. 'Kun' aprovechó un remate de Exequiel Garay para asegurar el trámite.

El gol decisivo, la lápida, la sentencia definitiva la convirtió Juan Román Riquelme. El volante de Boca Juniors, que hizo un partido correcto, pero no excepcional, anotó la pena máxima cobrada tras falta a Lionel Messi en el área brasileña.

UN BRASIL EMPATADOR: LA NUEVA VERGÜENZA DE DUNGA

Es de esperar que lo de Brasil en las semifinales de Beijing 2008 pase rápidamente al olvido. En una presentación lamentable desde todo punto de vista, los dirigidos de Dunga dieron una desilusión al fútbol brasileño, que buscaba en China el único título futbolístico que les falta en sus vitrinas.

Desde el punto de vista futbolístico, la 'Verdeamarelha' estuvo lejos de mostrar la ambición que caracteriza al país pentacampeón en competencias mundialistas. El equipo de Dunga no mostró ideas y se paró ante Argentina con una displicencia brutal. Simplemente buscaron a que el mismo trámite del partido les permitiera llegar a portería.

En el primer tiempo, la sola figura de Rafael Sobis le daba posibilidades escasas a los brasileños de imponerse sobre la albiceleste. Nadie más llegaba. Ronaldinho muy ocasionalmente generaba fútbol, pero nunca llegó a ser una garantía. Sólo el ingreso de Alexandre Pato le entregó mayor dinamismo a los de Dunga.

Por lo que se pudo apreciar en el Estadio de los Trabajadores, el 'Scratch' no tuvo ni la intención ni los recursos de superar a Argentina buscando el gol desde el arranque: esperó a que el partido le entregara la oportunidad. Y eso es una ofensa a la tradicional superioridad que busca. En suelo brasileño han de sentirse avergonzados.